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lunes, 25 de enero de 2010

Neologismos




¿Viste cuando vos decís

(a capella)

con tu acretinado dedo de dicotomía

y tu anestesiante vértigo

que la pirada soy yo?



¿Viste cuando tu anticíclica misantropía

se impone en el discurso a ejecutar

y me clavás la burbuja especulativa

con tu mejor cara de póquer?



¿Viste?



Ahí,

yo miro la cama vacía,

te escaneo los estigmas,

agilizo tus gigadudas

cacheteo tu indesmayable orgullo

y dada la jugabilidad de tu jurisprudente egoísmo,

te pego la nomenclatura en la frente:

el abajofirmante se las puede arreglar mejor sin mí.



(A la brava)

lunes, 11 de enero de 2010

Multiplexado






Si por las dudas,

entre los dedos

el vicio fatídico del olvido

sólo para llevarle la guerra fría.



El tajo de un cañón

entre los caprichos de curita de novela

y mi verdadera interpretación.



(¡Qué mierda!

le mentí tanto

que todavía me enredo hasta para saludar)



-Caracol-

Cuando el frío me cancele la rebeldía

escapar para atrás

caminar en reversa.



-Peaje-

Esa cara de oruga que no transmuta

la pinta de la muerte que no se anima a venir.

(¡Vos sos jodida, nena!)

El príncipe ciego me ve salvaje

saltándole a la cara como un gato.



¿Qué decís?

¿Qué te debo alguna clemencia?

¿Qué me becaron del manicomio?

No.



-Mucha sangre para ese muerto-

Aplastada la pollera

bebiendo del envase

sumando catálogos

apilando marineros.



-Pobre diablo-

Me dejó por una princesa,

por beber del envase,

por fumarme los caracoles

y maldecir a su madre.



Me orino en su lata de juglar,

en su pubertad ochentera

en las colillas que tiré para besarle.



Siempre hay una jaula

para este canario argentino.